martes, 19 de mayo de 2009




Martín Güemes fue el segundo hijo varón de don Gabriel Güemes Montero, natural de Santander, España, y de doña María Magdalena de Goyechea y de la Corte, perteneciente a una antigua y noble familia jujeña (uno de sus antepasados fue Francisco de Argarañaz y Murguía, fundador de la ciudad de San Salvador de Jujuy). Nacido en Salta el 7 de Febrero de 1785, Güemes ingresó en su infancia como cadete en la compañía del regimiento Fijo acantonada en dicha ciudad. Como integrante de esa unidad, intervino en la lucha contra las fuerzas británicas que atacaron a Buenos Aires en 1806 y 1807. Su valerosa actuación le valió ser ascendido al grado de Teniente.

En 1810, al producirse la Revolución, se encontraba en Salta, y allí se incorporó al movimiento patriota. Al frente de una partida de 60 hombres se hizo cargo de la defensa avanzada de la Quebrada de Humahuaca, y mereció del Gobernador Feliciano Chiclana la calificación de "oficial Infatigable". Reunió posteriormente un cuerpo de voluntarios con el cual intervino en la batalla de Suipacha, donde, como señaló años más tarde el Cabildo de Salta, "se cubrió de gloria". Al producirse la derrota de Huaqui, fue en ayuda de Juan Martín de Pueyrredón que, acosado por los realistas, se retiraba de Potosí conduciendo los caudales de la Casa de Monada. Intervino más tarde en el primer sitio de Montevideo y, en 1814, se incorporó al cuerpo auxiliador que, al mando de San Martín, fue enviado a reforzar el ejército del norte después de las derrotas de Vilcapugio y Ayohúma. Al hacerse cargo San Martín de la jefatura suprema del ejército, en reemplazo de Belgrano, confió a Güemes la organización y conducción de las partidas gauchas encargadas de hostilizar y contener a las fuerzas realistas.



A los 14 años Martín Guemes se enroló en el Regimiento Fijo de Infantería de Buenos Aires, que poseía un regimiento en Salta, en dicha provincia, comenzando así como cadete, incluyendo una instrucción militar del terreno donde años adelante realizaría batallas. A los veinte años viaja a Buenos Aires en 1805, con la misión de llevar unos músicos, no obstante este sería un paso que lo llevaría a nuevos rumbos. En diciembre se encuentra en el cuartel de Dragones, Martín Güemes en Buenos Aires, participó contra la invasión inglesa de 1806 en la reconquista de Buenos Aires.
Hay una anécdota que relata que Güemes a cargo de un grupo de caballeriza, al ver un barco encallado, lo tomó, enfrentándolo montados los jinetes a caballo, estos con el agua al cuello. Es decir, realizaron un abordaje a caballo. En estos años tubo sus primeros combates, en los cuales destacó.

El último año de GüemesGüemes había conversado con San Martín sobre sus ideas de atacar Perú desde Chile. Pero San Martín necesitaba tener las espaldas cubiertas, con fuerzas activas en la frontera norte de Salta, para mantener ocupados los ejércitos realistas muy lejos de Lima. La persona más indicada para dirigir esas operaciones era Güemes, y San Martín lo nombró General en Jefe del Ejército de Observación. Éste estaba continuamente informado sobre los movimientos de San Martín en la campaña del Pacífico, y cuando éste desembarcó en la costa peruana, decidió avanzar hacia el Alto Perú.Pero ya no podía contar con el Ejército del Norte, del que sólo quedaba una pequeña división al mando del coronel Alejandro Heredia (que estaba a órdenes de Güemes), y algunas armas en Tucumán. Pero éstas estaban en poder del gobernador Bernabé Aráoz, que las estaba usando para tratar de volver a la provincia de Santiago del Estero a la obediencia a su gobierno.A principios de 1821, el gobernador de Santiago, Ibarra, pidió auxilio a Güemes, y éste invadió Tucumán, más para apoderarse de las armas que necesitaba que por solidaridad. Pero el ejército salteño, al mando de Heredia (tucumano), fue derrotado por el tucumano al mando de Arias (que era salteño, extraña coincidencia).El cabildo de Salta, formado por las clases altas de la ciudad, cansadas de pagar las contribuciones forzosas que exigía Güemes, aprovechando la ausencia del caudillo, lo acusó de “tirano” y lo declaró depuesto. Muchos de sus miembros se habían puesto de acuerdo con el general Olañeta para entregarle la ciudad. Güemes regresó sin prisa, ocupó pacíficamente la ciudad, y perdonó a todo el mundo. Ésa fue la llamada "Revolución del Comercio"; aunque fracasada, dio inicio a un partido de oposición, conocido como "Patria Nueva", en oposición a la "Patria Vieja", es decir, al partido de Güemes.Pero no todo había terminado: Olañeta ya estaba en camino, y mandó al coronel “Barbarucho” Valdez por un camino desierto de la Puna, guiado por miembros de la familia realista Archondo. El 6 de junio, Valdez ocupó la ciudad de Salta, y al salir a combatirlo, Güemes fue herido por una bala. Siguió a caballo hasta una hacienda a dos leguas de la ciudad, pero su herida, como cualquier herida profunda de un hemofílico, nunca cicatrizó.Murió diez días después, el 17 de junio de 1821, a la intemperie, en un catre improvisado por el Capitán de Gauchos Mateo Ríos, en la Cañada de la Horqueta (cerca de la ciudad de Salta). Tenía 36 años y fue el único general argentino caído en acción de guerra externa

Güemes se crió en el seno de una familia adinerada. Su padre, Gabriel de Güemes Montero de la Bárcena Campero, era un hombre ilustrado y cumplía funciones de tesorero real de la corona española. Logró que su hijo tuviera una buena educación con maestros particulares que le enseñaron los conocimientos filosóficos y científicos de su tiempo.
Cursó sus estudios primarios en su ciudad natal, alternando la enseñanza formal con el aprendizaje de las labores campesinas en la finca donde vivía con su familia. A los 14 años se enroló en el Regimiento Fijo de Infantería, cuyo cuartel central estaba en Buenos Aires pero tenía un batallón en Salta a raiz de la rebelión de Túpac Amaru II desde 1781.
En 1805 fue enviado con su regimiento a Buenos Aires, ya que el virrey Sobremonte temía un ataque inglés. Éste se produjo al año siguiente, iniciando las invasiones inglesas, participando Güemes en la Reconquista de Buenos Aires. Al año siguiente participó también de la Defensa de la ciudad y protagonizó una curiosa hazaña: al ver que un barco inglés había encallado por una bajante repentina del río, dirigió una carga de caballería y lo abordó. Fue una de las muy pocas veces en la historia que un buque de guerra fue capturado por una partida de caballería.
En 1808 sufrió una enfermedad en la garganta, de la que surgió una seria deficiencia al hablar, una pronunciación gangosa de las palabras, que causaba la burla de sus compañeros. Todo indica que sufrió las complicaciones que suelen acompañar a la hemofilia, enfermedad que hasta ese momento no era conocida, y que dificulta mucho la cicatrización de las heridas externas e internas. Logró su traslado a Salta

Guemes 4

Güemes 3